Recientemente se aprobaba la Lomloe, la nueva ley educativa española, que introducirá cambios sustanciales en el currículo educativo de la ESO y, a la espera de lo que decida cada comunidad autónoma, modifica la presencia de la Filosofía en secundaria y en Bachillerato. Este asunto, de polémica actualidad, sirvió de hilo conductor de la mesa redonda ‘Legislación sobre la filosofía, la historia y las humanidades’ en la que participaron tres de los referentes actuales del pensamiento en Cataluña: Santi Vila, profesor de La Salle-URL; Francesc Torralba, catedrático de Filosofía de la URL; y Joan García del Muro, catedrático de Filosofía por el Institut Obert de Catalunya y profesor de la URL.
“Hay una serie de prejuicios antifilosóficos que se plasman en esta ley”, se lamentó Joan García del Muro, que habló de la Lomloe como una ley “contradictoria”. Francesc Torralba, por su parte, denunciaba “el utilitarismo educativo” y abogaba por “hacer una enmienda a la totalidad” y por explicar las bondades y beneficios de la asignatura más allá de su utilidad inmediata: “Ensancha la mente, reflexiona sobre cuestiones hondas, deshace prejuicios, ayuda a orientarse y a desarrollar una vida sabia”. En este sentido, Santi Vila coincidió en que “se está haciendo de la educación algo simplemente instrumental” y que esto “sitúa en el abismo” la asignatura de Filosofía.
La sesión sirvió para reivindicar la disciplina como un elemento clave para la sociedad actual, para entenderla e interrogarla. “La filosofía se caracteriza por la profundidad de sus interrogantes, y por eso es contracultural”, aseguró Torralba, que también señaló la importancia de repensar qué puede aportar el filósofo “a las instituciones, a los hospitales, al mundo educativo”. En esta misma línea, Vila reconoció que “hay unas generalizaciones abusivas que confunden filosofía con alimentación del espíritu crítico” y apuntó que justamente uno de los retos de los filósofos es “salir de estos tópicos que desacreditan”. Los tres coincidieron en que la alimentación del espíritu crítico es algo que tiene que ser común en todas las asignaturas, porque, según dijo Vila: “Esto no tiene que ser distintivo ni exclusivo de la Filosofía”.
El papel de la tecnología, y la necesidad de reflexionar sobre sus implicaciones, también protagonizaron parte del debate. “La filosofía puede aportar mucho ante este desarrollo tecnológico vertiginoso, ante estos cambios acelerados. Hace falta una reflexión sobre las consecuencias para las personas”, reclamó Torralba. Sobre tecnología y docencia, Santi Vila habló de los dispositivos “como una extensión” de los estudiantes y se refirió a la importancia de ser exigentes con ellos mismos para conseguir “despertar vocaciones” en sus vidas. En la parte final de la sesión también se habló de cómo acercar la filosofía a los jóvenes, del papel del maestro en el sistema educativo actual, del rol de la universidad y de la función de los filósofos en la sociedad del siglo XXI.
La mesa redonda se celebró en el Aula Magna de La Salle Campus Barcelona-URL, y estuvo coorganizada por la Facultad de Filosofía de la URL, que a partir del próximo curso se integra en el ecosistema educativo y de conocimiento de La Salle-URL, reforzando su carácter transversal y humanista. El decano de la Facultad de Filosofía de la URL, Carles Llinàs, fue el encargado de moderar la mesa redonda e introducir los temas. Él mismo cerró la sesión con algunas reflexiones finales, lamentando "la ideologización del terreno educativo" y coincidiendo con los ponentes en cómo el poder percibe a la disciplina: "La Filosofía siempre causa incomodidad".