19 Junio 2020

El proyecto ‘Sonidos en el balcón’ perfila el mapa sonoro del confinamiento en Cataluña

El proyecto ‘Sonidos en el balcón’, que coordina el Grupo de investigación en Tecnologías Media (GTM) de La Salle-URL con la colaboración del ISGlobal, ha recibido un total de 366 vídeos de cómo ha sonado el confinamiento en Cataluña: desde las Tierras del Ebro a la Costa Brava, y también al Pirineo ilerdense, la ciudad de Barcelona y varias decenas de puntos más de todo el territorio catalán. Además de las muestras audiovisuales, ‘Sonidos en el balcón’ también ha recogido, mediante una encuesta, la percepción individual de todos los participantes en el proyecto, que han asegurado mayoritariamente que el confinamiento ha tenido un aspecto positivo: la disminución de la contaminación acústica.

Un 63,4 % de los encuestados han calificado como ‘muy bueno’ su entorno sonoro durante el confinamiento, mientras que solo el 16,4 % ha contestado que ya era ‘muy bueno’ antes del estado de alarma y el consecuente periodo de cuarentena. El cambio en la percepción es sustancial. “En esta línea, también es destacable que solo alrededor del 6,8 % de la gente valora su paisaje sonoro como ‘neutro’, ‘malo’ o ‘muy malo’ durante estos meses de confinamiento”, explica la Dra. Rosa Maria Alsina, la investigadora del GTM de La Salle-URL que lidera el proyecto. Junto a ella, Ferran Orga, el Dr. Roger Mallol y Marc Freixes —los tres investigadores del GTM— y la Dra. Maria Foraster, que colidera desde el ISGlobal, están ahora llevando a cabo el trabajo posterior a la recogida de datos: comparando muestras, estableciendo diferencias y extrayendo conclusiones.

Los vídeos y las respuestas de la encuesta se han estado recogiendo hasta que Barcelona entró en la fase 2 del periodo de desescalada. “Tenemos vídeos de buena parte del territorio catalán, tanto de zonas rurales como de grandes ciudades”, comenta la Dra. Maria Foraster. La ciudad de Barcelona, la capital de Cataluña, es el espacio geográfico del que ‘Sonidos en el balcón’ tiene más vídeos: alrededor de 130. En cualquier caso, las evidencias han llegado desde las cuatro provincias catalanas, y se tienen muestras de muchas de las comarcas del territorio. El equipo del proyecto podrá, de este modo, comparar el paisaje sonoro de todo tipo de municipios y entornos, desde las muestras de las principales ciudades catalanas (Barcelona, Badalona, Girona, Tarragona, Reus o Lleida, entre otras) a vídeos que han llegado desde pequeños municipios de la Cataluña Central o las zonas pirenaicas.

Los pasos siguientes del proyecto

“De ahora en adelante se analizarán los resultados de la encuesta perceptiva junto con el tipo de sonidos que los ciudadanos han destacado en sus respuestas y con la información que se pueda extraer de los vídeos proporcionados por los ciudadanos”, explica la Dra. Rosa Maria Alsina, directora de Investigación de La Salle Campus Barcelona-URL. Sobre los siguientes pasos del proyecto comenta que “se realizará un estudio de nivel de sonidos y de tipo de sonidos que aparecen, y se trabajarán estos datos junto con sus ubicaciones, que tienen mucho que ver con los sonidos que se escuchan”. A continuación, se utilizará la información visual, estudiando el paisaje que se puede observar en las grabaciones recogidas para completar los datos que se habrán procesado previamente.

Relevancia e impacto del proyecto

Muchos investigadores y expertos han estudiado cómo la exposición al ruido puede tener un impacto muy negativo en la salud de las personas. En este sentido, en un artículo de investigación publicado recientemente en el Journal of Environmental Science and Health por dos investigadores iraníes, titulado Inflammatory and immunological changes caused by noise exposure: A systematic review, se habla de cómo la exposición al ruido puede causar cambios inflamatorios e inmunológicos. En esta línea, el estudio ‘Sonidos en el balcón’, pionero en el territorio catalán, se puso en marcha con la voluntad de estudiar la modificación en el orden acústico como consecuencia del confinamiento. El gran número de muestras recogidas permitirá estudiar la excepcionalidad sonora provocada por la pandemia, y también investigar sobre la importancia de la disminución de la contaminación acústica.